Vivir la experiencia de
poder enseñar algo a niños de 5 años es fascinante. Son como esponjas, ansiosos
de saber algo nuevo y empaparse a diario con nuevos conocimientos. Dentro del
tema elegido por los niños para este trimestre, hablar sobre dinosaurios con
ellos fue divertidísimo.
Sorprende que conozcan tantos nombres de estos
reptiles mesozoicos que dominaron los ecosistemas terrestres hace más de 66
millones de años, que es hasta donde llegaron puesto que después se
extinguieron. La sesión la dedicamos a comprender entre todos, de una manera
amena y divertida, qué es un dinosaurio y por qué sabemos que existieron si
desaparecieron hace tantos millones de años. Aunque de forma sencilla,
intentamos que comprendieran así el método científico, no contándoles las cosas
sino haciendo que ellos mismos las dedujeran. Así es como descubrieron que
sabemos que los dinosaurios existieron porque encontramos sus huesos
fosilizados, a partir de los cuales los paleontólogos reconstruyen sus cuerpos
y les dan forma como si estuvieran vivos. Vamos, el proceso inverso a cuando
nos comemos un pollo, eso es lo que hicimos.
Es de agradecer que la Fundación
Conjunto Paleontológico de Teruel-Dinópolis colaborara con nosotros dejándonos
la réplica de la tibia de Aragosaurus ischiaticus, el primer dinosaurio que fue
descrito en España allá por el año 1987 y que apareció en el municipio
turolense de Galve. Pudimos comparar así ese hueso con el del muslo de pollo
que solemos comer por lo menos una vez a la semana, y entender, además, que los
dinosaurios no se extinguieron por completo, sino que evolucionaron a lo largo
de millones de años hasta llegar a las aves actuales. Es decir, que nunca se
extinguieron, se transformaron en pajaritos y en toda clase de aves. No fue
fácil explicar el concepto de evolución, pero ya tendrán tiempo de entenderlo y
aprenderlo; lo que les quedó claro es que cada vez que se cruzan con un gorrión
lo están haciendo con el descendiente del temible Tyrannosaurus rex. A través
de la reconstrucción de un nido de dinosaurios pudieron aprender también el
concepto de la diversidad, adoptando cada uno de ellos un dinosaurio pequeño
que se llevaron a sus casas para que durmieran con ellos en la mesilla de sus
habitaciones. Una idea con la que quisimos despertar y avivar la imaginación de
los pequeños haciéndoles ver que el cuento más corto de la narrativa universal
trata sobre un dinosaurio y lo escribió el autor guatemalteco Augusto
Monterroso: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía seguía allí". Una
tarde para el recuerdo que espero que conserven con tanto cariño ellos como lo
hago yo.
Javier Millán
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